Si lo que esperas de un libro escrito por Keith Richards es una oda a la guitarra, un breviario de canciones o bien una elegía a los buenos tiempos del rock & roll, esta lectura te tomará fuera de base. Life es una historia íntima y descarnada, pasando por travesuras de infancia, fascinación por la música blues, giras interminables y las valiosas lecciones sobre cómo se mantiene activa una banda.
Con narración en primera persona, Keith Richards, en colaboración con el periodista y escritor James Fox, comparte su versión de la historia y su recorrido por los senderos paralelos a la música: las lecciones de casa, las amarguras de juventud, las alegrías y pérdidas. Aunque existe una gran cantidad de reseñas, trabajos periodísticos y documentales sobre los Rolling Stones, ninguna de estas referencias se compara con la versión que Life ofrece, desde la esquina izquierda del escenario.
Con un tono jocoso y apoyándose en la bien ganada reputación de los Stones como rebeldes sin causa, en sus giras por Estados Unidos durante sus años mozos, el libro abre con la historia de una parada de descanso en un restaurante de Fordyce, Arkansas, en 1975, tiempo en que no era noticia la relación de la agrupación con las drogas. La banda era objeto de persecución por las más insulsas causas, por lo que lograban además sacar publicidad gratuita al ser demonizados por las autoridades de las conservadoras localidades del sur estadounidense.
La lectura logra balancear lo hilarante con lo aleccionador: aunque en ningún momento glorifica el consumo, tampoco cae en actos de contrición. Sin embargo, su descripción detallada de cómo Richards sobrevivió al uso de sustancias como la cocaína, LSD, entre otras, sin hacer sobredosis ni quedar inutilizado por su consumo, evita a toda costa atribuirle beneficios de iluminación ni inspiración para desencadenar la llama creativa, gastados mitos urbanos de películas y documentales.
Pero lo más valioso de este testimonio es la historia previa a la formación de la banda: los personajes influyentes en la educación musical del pequeño Keith: su madre y más exigente crítica, Doris y su abuelo materno, el también músico Theodore Gus Dupree; este por haberle desencadenado la curiosidad por el instrumento y aquella, entre otras cosas, por haberle regalado su primera guitarra a los quince años.
Los relatos de sus alegrías y decepciones en el colegio revelan el momento preciso en que se sembró en él la semilla de la irreverencia: siendo soprano destacado del coro del Dartford Technical High School, experimentó las decepciones de un sistema que premiaba la rigurosidad, pero no la creatividad y que, al sufrir el cambio de voz adolescente, se desentendía de los jóvenes talentos que representaban a la institución.
Los Glimmer Twins
Dentro de las anécdotas no podía faltar su relación con Mick Jagger. Vecinos desde niños, la vida los apartó para luego reunirlos en un tren, y su fascinación por la música les dio un motivo para retomar la amistad, piedra angular de las composiciones de la banda. En el libro, Keith dibuja un perfil bastante objetivo del cantante en su grandeza como intérprete con una energía incomparable, pero no es tímido al opinar sobre su marcado egocentrismo, su objeción con la forma en que el cantante manejó su carrera solista y su papel de paño de lágrimas de las numerosas compañeras sentimentales de Jagger.
Keith comparte su versión de aspectos de su vida personal que fueron objeto de titulares amarillistas: un accidente de auto que pudo haber sido peor de no ser por la guerra, los hechos que llevaron a su compleja relación, marcada por las drogas y la disfuncionalidad, con la actriz Anita Pallenberg, anterior pareja de su compañero de banda Brian Jones y madre de sus dos hijos mayores, Marlon (como el actor) y Angie (como la canción); la triste muerte de su tercer hijo y por qué decidió cumplir con una presentación al recibir dicha noticia; los aspectos que lo llevaron a adquirir una residencia en Jamaica y la relación de esta movida con su carrera musical, además de explicar la verdadera historia de su caída de un árbol (no una palmera) para luego quedar en manos de un cirujano en Fiji que además tenía un afiche suyo en su habitación.
Conviene señalar que, en la narración sobre su carrera artística, Keith describe detalles técnicos que podrían confundir a lectores ajenos al rubro musical, por lo cual vale la pena realizar búsquedas simultáneas del tema a la vez que se lee, para así entender las numerosas referencias a las que hace alusión, en cuanto a técnicas de ejecución, detalles de guitarras y equipos de grabación, y especificaciones de equipos usados al tocar en vivo.
Siendo justo como miembro fundador de la banda, Keith logra pintar un perfil sincero y sin caer en romanticismos, de cada miembro antiguo y actual de los Rolling Stones. Valora lo que tanto Mick Taylor como Bill Wyman aportaron al sonido del grupo en su momento, incluso les hace justicia a los aportes del controversial y volátil Brian Jones, aunque deja claro que este actuó de manera incorrecta y deliberadamente injusta hacia sus compañeros en sus inicios, tal vez como lección para bandas jóvenes que se aferran a insulsos votos de fidelidad e indulgencia excesiva cuando existe una evidente falta de profesionalismo.
El libro es un viaje por la vida de Keith Richards, desde sus primeros encuentros con la música en la infancia, sus pasos hacia el estrellato y las lecciones aprendidas. Collage tomado de keithrichards.com
En el libro se menciona además por igual los logros y desaciertos de Ian Stewart, tecladista recurrente de la banda y Bobby Keys, saxofonista reconocido por sus colaboraciones con otros artistas como Eric Clapton y Harry Nilsson. A través de los capítulos se logra comprender la importancia de los músicos acompañantes desde la perspectiva de Keith, y el papel que cumplen tanto en las grabaciones como en los espectáculos en vivo. Keith sustenta con cruda sinceridad el rol que estos artistas tuvieron en el éxito de la banda.
Qué aporta este libro al lector:
- Especialmente didáctico para los que los conocieron por el álbum Bridges to Babylon en adelante. Los seguidores más jóvenes quizás desconocen el grueso de la discografía a cabalidad, y esta banda en particular es una de las grandes y todavía activas que vivió los más importantes cambios en los formatos de grabación y reproducción de sonido.
- Humaniza al ídolo: el aprecio que Keith siente por sus fanáticos está por encima de cualquier premio o reconocimiento honorífico. El artista deja claro que el retiro no estaba cerca (once años después de publicar este libro, lo cumplen: Charlie Watts falleció en agosto de 2021 y la banda continúa), y que el público es la fuente más importante de su energía para continuar creando o interpretando música.
- El libro se enfoca más en historias y anécdotas que en detalles musicales técnicos. Más que un manual de instrucciones sobre cómo se crean discos y canciones, Keith Richards comparte con los lectores el origen de la inspiración de las canciones que todos amamos y las historias entre cada gira y grabación.
Qué aporta este libro al artista:
- Otra evidencia de que el origen humilde y la falta de recursos no son una sentencia, si se tiene la voluntad, la curiosidad y te rodeas de un entorno que aprecie la belleza y el valor del arte.
- Tener una banda y mantenerla unida es un reto. Se trata de manejar personalidades y opiniones distintas, para lograr un objetivo común. El tiempo va poniendo a prueba el compromiso de cada integrante; las diferencias son inevitables, pero mientras se tenga claro el propósito, se puede concretar un buen resultado.
- Es importante estar claro con tu rol en una banda o agrupación. Si eres el vocalista, no caigas en el LVS (síndrome de vocalista principal, por sus siglas en inglés); no trates al resto como tus “músicos”; el sonido es producto del trabajo en conjunto de todos, no de sus individualidades. Y si estás en un puesto diferente al vocalista, no te involucres si solo harás el trabajo de un plugin (“toco y por fuera, esta no es mi banda”); debe existir un espacio en el que puedas aportar con confianza tus ideas al proceso creativo, grabación o ejecución. Si estás claro con la identidad del proyecto y el sonido que los caracteriza, estarás en condición, si así lo deseas, de aportar.
Entre la avalancha de contenido documental o series basadas en realidad disponibles en las plataformas de video, conviene recordar que los libros, en especial los testimoniales como Life, aportan detalles de la historia que con frecuencia se omiten en las versiones multimedia, y que estas suelen ser realizadas en base a un guion diseñado de forma intencional para llamar la atención, adornado con hipérboles e historias ficticias que crean una tensión dramática para así comprometer al consumidor pasivo.
Irónicamente, en la lectura silenciosa de este libro, la música se escucha mejor.